Piso compartido – Las claves para conseguir una buena convivencia

Un piso compartido puede resultar una opción excelente para muchas personas que por cuestiones económicas, temporales o incluso sociales deciden vivir en convivencia con otros y otras. De este modo, se comparten gastos y zonas comunes de un piso o apartamento de varias habitaciones, a la vez que se mantiene y cuida un espacio privado e íntimo.

Piso compartido

Un piso compartido es la primera solución cuando los precios de los pisos de alquiler no resultan asequibles. Mucha gente necesita vivir en zonas céntricas de la ciudad donde los alquileres son altos y no tienen tiempo o disponibilidad para trasladarse a una zona de las afueras donde las rentas sean más bajas.

 

Por esta razón, hay mucha gente, sobre todo jóvenes, que se acaban decantando por un piso compartido. Ésta es una opción muy interesante para los que no necesitan grandes espacios y, a la vez, disponen de un presupuesto ajustado o no quieren dedicar mucho dinero al gasto en vivienda.

 

Si te interesa buscar un piso compartido o si, directamente, no tienes del todo claro qué es un piso compartido y quieres aprender un poco más sobre ellos, has llegado al lugar adecuado. Te vamos a explicar todo lo que necesitas saber sobre este tipo de pisos y sobre la convivencia en ellos.

¿Qué es un piso compartido?

Un piso compartido es un piso en el que conviven distintos inquilinos, cada uno ocupando su espacio propio y compartiendo las zonas comunes y los gastos que conlleva el alquiler y otros servicios como el gas, la luz, el teléfono o internet, por poner unos ejemplos.

¿Qué es un piso compartido?

Photo/Source: pexels.com

 

Los pisos compartidos suelen estar habitados por gente joven, tanto estudiantes como trabajadores, que no se pueden permitir (o quieren) alquilar o comprar un piso por sí mismos, y optan por sacrificar espacio y comodidad a cambio de obtener unas condiciones económicas más ventajosas.

Normalmente, estos inmuebles cuentan con varias habitaciones, en cada una de las cuales vive uno de los inquilinos, y otras zonas comunes, como los baños, la cocina y el salón, sobre las que se pactan condiciones sobre su uso y disfrute.

La convivencia en un piso compartido. Claves del éxito

Se puede decir que una de las cosas más complicadas en un piso compartido es la convivencia. Si ya has compartido piso en alguna ocasión, seguro que sabes de lo que estamos hablando, aunque esperamos que tus experiencias no hayan sido negativas. Si aún no lo has hecho y es la primera vez que buscas un piso para compartir, vamos a darte a continuación las pautas y cuestiones clave para que la convivencia resulte lo más positiva posible.

La convivencia en un piso compartido

Photo/Source: pexels.com

Las habitaciones de un piso compartido son espacios privados

Que vivas en un piso compartido no quiere decir que todo esté compartido. Al contrario, es necesario que haya zonas en las que se respete un poco la privacidad y la intimidad. Un poco y un mucho, realmente. Esto es algo que todos necesitamos en nuestras vidas y, salvo que se viva en pareja y la privacidad se reduzca a los términos que se acuerden entre ambos, en un piso compartido con amigos, compañeros o extraños es mejor conservar los espacios propios.

Copmartir piso - espacio privado y zonas comunes

Photo/Source: Movie – War of the roses

Se puede decir que las habitaciones propias dentro de un piso compartido pueden estar configuradas a gusto del usuario. Es decir, si tú quieres poner unos cuadros en la pared, tener una cama más grande o más pequeña, más o menos libros, etc. lo has de hacer a tu gusto. Es el sitio en el que te podrás aislar y retirar a descansar o desconectar cuando lo necesites. Pero esto no quiere decir que cualquier cosa valga. Obviamente, por tu propio bien, también es conveniente que cuides al máximo el orden y la limpieza.

 

Aunque te dé pereza y aunque creas que en tu habitación mandas tú, un espacio desordenado y sucio, a la larga, acabará repercutiendo en tu comportamiento general e, incluso, afectando a tu actitud con tus compañeros y en las zonas comunes.

Un mayor respeto y precaución en las zonas comunes

Las zonas comunes en un piso compartido son eso, de todos. Y por esta razón no se puede hacer lo que venga en gana en cada momento. Incluso en los momentos o en los días en que se está solo. Hay que mantener unos cuidados y unas precauciones siempre más exigentes que en los espacios propios, porque se puede molestar o interferir en lo que a los demás les gusta, conviene o afecta.

 

La limpieza y el orden son fundamentales cuando se reside en un piso compartido, ya que, además de resultar necesarias por cuestión de educación, higiene y salubridad, suelen ser uno de los factores que más influyen en los conflictos entre compañeros de piso y, por supuesto, que más afectan en el resultado final de la convivencia.

Compartir piso - La limpieza y el orden del piso

Fiestas e invitados, con mesura y consensuados

Las fiestas son un clásico en un piso compartido de jóvenes y estudiantes. Sobre todo de estos últimos. Los invitados son un clásico en todo tipo de pisos compartidos. Sí, si no has vivido en uno de estos pisos, no sabes lo habitual que es encontrarse con amigos de amigos, conocidos, vecinos o familiares.

 

Tal vez, lo mejor sea establecer unas normas y pautas sobre la presencia o frecuencia de invitados en los pisos compartidos. Sobre todo en esos horarios o en esas zonas en las que la vida común se puede ver afectada.

Piso compartido de jóvenes y estudiantes

Lo de las fiestas es un poco más delicado. Un invitado que esté en el salón o en la cocina puede resultar silencioso y discreto, pero las fiestas pueden molestar a los compañeros de piso que estén en sus espacios privados y, por supuesto, a los vecinos.

 

A lo mejor, la solución más conveniente es hacer las fiestas cuando no haya nadie más en casa, con cuidado de no molestar a los vecinos durante su transcurso y, al finalizar, de recoger, limpiar y ordenar todo o, mucho más prudentemente, organizar las tan necesarias fiestas en lugar fuera del piso compartido.

Calendario de tareas y normas de convivencia

En un piso compartido siempre hay tareas que hacer. A menos que se dé el caso de que haya un servicio de limpieza contratado, esto seguramente será lo primero que haya que pactar y organizar con los compañeros del piso compartido. Por supuesto, damos por hecho que, una vez establecido el calendario, todos los participantes van a cumplir con sus tareas y horarios.

Normas básicas para convivir en pisos compartidos

Photo/Source: pexels.com

Del mismo modo, algo similar puede suceder con el pago de las facturas, la compra de comida (si se comparte) o de artículos para el hogar, ya sea de limpieza u otros utensilios, y todas esas reglas que pondrán unas pautas y unos límites para que la convivencia sea lo mejor posible.

Ventajas e inconvenientes de vivir en un piso compartido

Teniendo todas estas cosas en cuenta, se pueden establecer unas cuantas ventajas e inconvenientes de vivir en un piso compartido.

Ventajas e inconvenientes de vivir en un piso compartido

+ Ventajas

  • Entre las ventajas, la más llamativa seguramente sea la cuestión económica. Vivir en un piso compartido resulta, de media, mucho más barato que vivir en un piso de alquiler o en un piso en propiedad. Para la gente que disponga de pocos recursos económicos, o para los que se acaban de trasladar a una ciudad, tanto por estudios como por trabajo, puede resultar una opción muy interesante.
  • También es una idea muy atractiva para los jóvenes y los estudiantes, así como para todos aquellos que no se adapten a vivir solos en un piso de alquiler. Un piso compartido, al final, siempre facilita las relaciones sociales y conocer gente nueva.
  • Del mismo modo, incluso para alguien que tenga un piso en propiedad con espacio de sobra, poner habitaciones en alquiler puede suponer una fuente de ingresos, que nunca está mal para llegar a fin de mes.

– Inconvenientes

  • Por el lado contrario, también podemos enumerar ciertas desventajas a los pisos compartidos. Aquí, la que más destaca seguramente sea la falta de libertad, ya que no se dispone de todo el espacio ni tampoco de la flexibilidad que uno tiene cuando vive solo o en un piso de su propiedad.
  • También hay algún pequeño riesgo de incompatibilidad con el resto de inquilinos o habitantes. Y es que, en muchas ocasiones, vivir en un piso compartido supone vivir con alguien que no se conoce, y esto puede acabar en enfrentamientos o discusiones que a nadie gustan.

Valora todas estas ventajas e inconvenientes en conjunto y podrás saber si este tipo de vivienda es el que mejor se adapta a ti o si, por el contrario, deberías buscar alguna otra alternativa.

 

Nunca se sabe, y si aún no has vivido en un piso compartido, tal vez sea una experiencia que te guste y que te permita un mayor margen económico a final de cada mes.

Conclusión

Los pisos para compartir son una tendencia que está poniendo cada vez más de moda en las grandes ciudades y, sobre todo, en los centros de éstas. Además, en términos de economía colaborativa, son un punto muy bien considerado por mucha gente, que permite una mayor economización de los recursos y una eficacia optimizada en las finanzas de la gente con menos recursos.

Demanda de pisos compartidos

 

 

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